Paseo Por el Olimpo

Fui a pasear por el Olimpo sin pensar que me encontraría.
En mi primera noche Afrodita entró en mis sueños y me dijo que la belleza se logra a través del control sobre la mente, días después me encontré con Ares en la calle y me susurró que en la guerra, gana sólo quien tiene una causa justa. Hera llegó corriendo y en un arrebato de confianza, gritó que las parejas perfectas no existen.
Esa misma noche, mientras contemplábamos como las estrellas se apagaban, Atlas me confesó que estaba cansado de cargar el mundo en sus hombros. Sin haber escuchado nada, Poseidón nos invitó a bañarnos en el mar, y en pocas palabras nos dijo que debajo del agua todo se ve más claro.
Apolo en un banquete descifró que no hay ciencia más exacta que la belleza que irradiamos los mortales y Efesto que comía a mi lado me contó que el fuego más potente es el de la pasión. Luego de varios días en el Olimpo Demeter me tomó la mano y me entrego de regalo toda la protección del universo.
Para admirar mí última noche en tan bello paraíso, salí a mi balcón y Adonis me deslumbró con su belleza, pero se notaba que en sus ojos había mucha soledad.
Cuando iba cruzar el portal para volver a la Tierra, Zeus me aconsejo sólo que respirara, mirara y viviera, sin apuros ni arrepentimientos, porque quizás un día los dioses dejen de enviarnos y se cansen de jugar con nuestros destinos, ese día en que los dioses sean felices, los mortales encontraremos la paz y la inmortalidad de nuestra existencia.

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